Desde que las redes sociales irrumpieron en nuestras vidas, han sido responsables de no pocos romances y de muchos reencuentros. Antiguas parejas que hace años que rompieron el contacto y que, quizás gracias a Facebook, volvieron a encontrarse y reanudaron su historia de amor. Pero cada vez es más frecuente el efecto contrario: parejas felices que, por culpa de las redes sociales, acaban rompiendo.
Uno de los problemas que generan las redes sociales a las parejas es la sensación de control. Por ejemplo, se manda un mensaje por WhatsApp o por Facebook a la pareja y ésta no contesta. Se sabe que ha mirado el mensaje, porque WhatsApp y Facebook permite conocer la última hora a la que se conectó cada usuario, pero no nos ha contestado; la persona se pregunta por qué no le habrá contestado. Puede haber mil motivos, todos válidos. Pero en personas inseguras pensará que está con otra persona, que no quiere hacernos caso, algo malo para la relación.
Cada vez más psicólogos aseguran que sus consultas empiezan a llenarse de personas que tienen problemas con sus parejas por culpa de las redes sociales. El problema es que utilizan las redes sociales para controlar lo que hace la otra persona. Un error. Las redes sociales son muy útiles, pero no se deben utilizar para ejercer control sobre nadie. Las personas controladoras no son exclusivas de la era de las redes sociales. Pero ahora lo tienen más fácil. Antes se registraba el bolsillo de la chaqueta o el bolso, ahora se mira el móvil, la tableta, el mail o se busca por geolocalización dónde ha estado, o se mira en su muro de Facebook qué fotos ha colgado y con quién estaba, es decir, se emplean las redes sociales de manera incorrecta.
Como en todo, la educación es la mejor arma para evitar estos problemas. Una correcta formación en entender cómo se utiliza el internet y saber utilizar las redes sociales para lo que han sido concebidas es un paso fundamental. Los expertos aseguran que las redes sociales pueden ser muy beneficiosas para alimentar una relación, mucho más que para destruirla. Compartir intereses comunes en el muro de Facebook, o recuerdos, o simplemente decir “¡Hola!” por WhatsApp es enriquecedor si después no se espera una contestación inmediata.
La clave para evitar estos problemas es sencilla: confiar en tu pareja. Si no tienes confianza en esa persona tan especial para ti, entonces la relación de una forma u otra no llegará a ningún lado. Por otro lado si ya sabes que la persona con la que sales es un poco mujeriega o que se enamora fácilmente, pues puede que no sea exactamente tu alma gemela, ni siquiera alguien indicado para que esté contigo.