lunes, 3 de noviembre de 2014

Ruptura de relación a causa de las redes sociales.


Desde que las redes sociales irrumpieron en nuestras vidas, han sido responsables de no pocos romances y de muchos reencuentros. Antiguas parejas que hace años que rompieron el contacto y que, quizás gracias a Facebook, volvieron a encontrarse y reanudaron su historia de amor. Pero cada vez es más frecuente el efecto contrario: parejas felices que, por culpa de las redes sociales, acaban rompiendo.
Uno de los problemas que generan las redes sociales a las parejas es la sensación de control. Por ejemplo, se manda un mensaje por WhatsApp o por Facebook a la pareja y ésta no contesta. Se sabe que ha mirado el mensaje, porque WhatsApp y Facebook permite conocer la última hora a la que se conectó cada usuario, pero no nos ha contestado; la persona se pregunta por qué no le habrá contestado. Puede haber mil motivos, todos válidos. Pero en personas inseguras pensará que está con otra persona, que no quiere hacernos caso, algo malo para la relación.


Cada vez más psicólogos aseguran que sus consultas empiezan a llenarse de personas que tienen problemas con sus parejas por culpa de las redes sociales. El problema es que utilizan las redes sociales para controlar lo que hace la otra persona. Un error. Las redes sociales son muy útiles, pero no se deben utilizar para ejercer control sobre nadie. Las personas controladoras no son exclusivas de la era de las redes sociales. Pero ahora lo tienen más fácil. Antes se registraba el bolsillo de la chaqueta o el bolso, ahora se mira el móvil, la tableta, el mail o se busca por geolocalización dónde ha estado, o se mira en su muro de Facebook qué fotos ha colgado y con quién estaba, es decir, se emplean las redes sociales de manera incorrecta.


Como en todo, la educación es la mejor arma para evitar estos problemas. Una correcta formación en entender cómo se utiliza el internet y saber utilizar las redes sociales para lo que han sido concebidas es un paso fundamental. Los expertos aseguran que las redes sociales pueden ser muy beneficiosas para alimentar una relación, mucho más que para destruirla. Compartir intereses comunes en el muro de Facebook, o recuerdos, o simplemente decir “¡Hola!” por WhatsApp es enriquecedor si después no se espera una contestación inmediata.
La clave para evitar estos problemas es sencilla: confiar en tu pareja. Si no tienes confianza en esa persona tan especial para ti, entonces la relación de una forma u otra no llegará a ningún lado. Por otro lado si ya sabes que la persona con la que sales es un poco mujeriega o que se enamora fácilmente, pues puede que no sea exactamente tu alma gemela, ni siquiera alguien indicado para que esté contigo.


Dejemos las redes sociales de lado por un momento.



Aunque por las redes sociales se pueden tratar todo tipo de temas, no es el mejor camino. Si quieres llegar a conclusiones, analizar y tomar soluciones, el lenguaje telegráfico, es algo escueto. Por muchos emoticonos que existan, nunca igualarán a la comunicación verbal.
Por suerte, no todo está perdido. Todas esas actitudes se pueden corregir al pasar «tiempo de calidad» con quienes queremos y nutrir la relación. La clave, por tanto, está en la educación. Ni WhatsApp ni Facebook tienen la culpa de que se esté pendiente continuamente de ellos a pesar de estar con mis amigos. Nadie nos ha enseñado cómo debemos tratar a las personas en una red social o cómo queremos que nos traten. Así, podrán evitarse actitudes tan obsesivas como estar pendiente de la última conexión o por qué no contesta si tiene el «doble chulo» o el «visto».
Hay que pararse a analizar, si existen estos problemas de desconfianza en una pareja es que porque hay problemas más allá de las redes sociales. Y la comunicación verbal sobre relaciones íntimas no se puede sustituir por el WhatsApp.
En la actualidad, la mayoría de malentendidos y/o discusiones son producidas por algún comentario, alguna foto, o por haber dejado en "visto" o con "doble chulo" a otra persona con la que nos estábamos comunicando.
El problema es que cuando sucede alguna de estas cosas, tratamos de solucionarlas por la misma vía, mediante mensajes o comentarios virtuales, que puede que la otra persona ni siquiera vea, y haga que nos confundamos aún más y comencemos a imaginar cosas que no son más que exageraciones, como que la otra persona nos odia, o que trata de ignorarnos. 

La confusión puede llegar a tal punto en la que las dos personas dejan de hablarse, tanto por chat como por el habla, una pequeña palabra que fue cambiada por el autocorrector del Smartphone que se convirtió en una grosería, que fue tomada de mala manera por el receptor de ésta, con la cual se ofende y prefiere devolver el insulto con algo un poco más fuerte, que termina generando una gran bronca y festival de grosería que comenzó con un simple error al escribir.

Existen múltiples tipos de confusiones y malentendidos que se pueden desencadenar en un simple chat, que pueden terminar revelando los verdaderos pensamientos o situaciones de la persona con la que estás hablando, que generan situaciones estresantes, de crítica y de pelea mediante textos, en los que al final terminamos exagerando los defectos de la otra persona, tratamos de hacerla sentir mal, porque estamos detrás de una pantalla de un computador o de un smartphone, nos sentimos protegidos y con más confianza de decir lo primero que se nos venga a la mente para ofender a la otra persona, se crean discusiones por no entender adecuadamente lo que quería expresar la persona con la que se estaba hablando. 

A veces es mejor dejar de lado todos estos nuevos medios de comunicación, y regresar a la vieja escuela, a la comunicación que desde pequeños hemos estado aprendiendo, la comunicación verbal o cara a cara.
Las cosas que tratamos de expresar mediante un pequeño párrafo de texto pueden ser malinterpretadas por la otra persona, pues no hay mejor forma de dar a conocer tu opinión, punto de vista o idea mediante la expresión corporal y la comunicación verbal, es decir, el habla. No hay suficientes emoticones en el mundo o "jajajajajas" para que la otra persona pueda ver las emociones que estás trasmitiendo, es una de las desventajas que traen las redes sociales o el WhatsApp. Por más que escribas con letra mayúscula un mensaje a otro insultándolo, no va a compararse con que realmente le digas todas esas cosas que escribes frente a frente; pero probablemente no serías capaz de hacerlo.

Por esto, debemos evitar malentendidos, antes que nada, saber interpretar, saber leer lo que el otro nos está tratando de comunicar mediante el chat, y no hay que precipitarte a decirle algo soez si no has entendido muy bien lo que te ha querido decir. En fin, si tienes un malentendido o un problema con otra persona, arréglalo hablando con él o ella cara a cara, de frente, dialoga, deja que te expliquen qué ha pasado, no te ofendas o armes una película al ver que a pesar de que ha salido el "doble chulo" o el "visto" la otra persona no te ha contestado; no todos pueden estar tan enganchados a responder todos los mensajes que llegan al chat. Recuerda, es mucho mejor hablar con una persona cara a cara que por mensajes que casi no expresan nada.





Problemas de las nuevas formas de comunicación


El servicio de mensajería WhatsApp permite realizar ciertas averiguaciones de una forma muy sencilla. De este modo, cualquier usuario del servicio puede saber cuándo alguno de sus contactos está en línea, el tiempo que hace que no se conecta e incluso saber a la última hora que estuvo conectado. Estas averiguaciones, aunque aparentemente inocentes, pueden resultar comprometedoras y, de hecho, es cada vez más habitual que la aplicación acabe desencadenando conflictos amorosos o malentendidos entre amigos. Sobre todo si los usuarios hacen uso de la aplicación de una forma irracional o como una herramienta de control.

No obstante, cada vez resulta más habitual la escena de ver a una pareja o a un grupo de amigos con un refresco en una mano y con el móvil en la otra. Este es otro de los problemas de WhatsApp, dado que su mala utilización puede generar un desinterés por la vida real, constituyendo una verdadera adicción. La comunicación verbal pierde terreno a favor de la aplicación líder en mensajería instantánea. Pero las caricias, los gestos o los abrazos no pueden ser sustituidos por los emoticonos. 

Algunos mensajes en las redes sociales pueden parecer algo ofensivos o insultantes. Y seguro que muchos conocen lo que viene después: discusiones, malentendidos y una conversación tan engorrosa que en la mayoría de las ocasiones perjudica las relaciones, ya sean de pareja o de amistad.

Según varios psicólogos, el WhatsApp es un medio más de comunicación que responde a la necesidad que tiene el hombre de comunicarse. Esta popular aplicación no es más que el resultado de una evolución en el ámbito de la comunicación, al igual que en su día lo fueron los telegramas, el teléfono, el email o los SMS. Lo que pasa es que tiene una parte ‘perversa’ porque no sabemos gestionar bien este tipo de comunicación que es tan aceptada entre nosotros.
La aplicación de mensajería instantánea líder en el mercado cuenta con más de 1300 millones de usuarios. Por tanto, una vez que hemos caído en sus redes, es responsabilidad nuestra saber utilizarla. Ahí juega un papel muy importante el autocontrol de cada uno. Tener WhatsApp es tener a todo tu círculo social en el bolsillo así que conviene saber cómo usar la herramienta y cuándo.

Las normas sociales no están escritas en la red; precisamente es ahí donde fallamos. Y por ello el nacimiento del «phubbing», es decir, el hecho de estar pendiente del Smartphone y dejar de prestar atención a quien nos acompaña. Por eso es importante conocer y aplicar algunas normas sociales para que la comunicación por la red sea correcta y efectiva. Por ejemplo, no está bien visto utilizar WhatsApp en una reunión, en el colegio o si estamos con amigos y vamos a ignorarlos. Nos tenemos que preguntar en esos momentos si realmente es importante o urgente escribirnos o si simplemente es comentar por comentar.
Está claro que Facebook, WhatsApp o cualquier otra red social no viene con manual de instrucciones. Son medios de comunicación que tenemos que aprender a usar porque al final las redes sociales nos hacen reproducir lo que ya existe fuera del mundo virtual. El problema es que estas redes nos acercan a quien tenemos lejos y nos aleja de quien tenemos cerca, por eso cuando salimos con una persona, ya no tenemos nada de qué hablar. ¡Ya nos lo hemos dicho todo!

Entonces, ¿dónde han quedado los abrazos y besos al felicitar a un amigo por su cumpleaños, las caricias o las miradas cómplices de una pareja o los tonos de voz que denotan enfado o cariño?
Los expertos coinciden en que nos es más fácil abordar ciertos temas por WhatsApp, especialmente los emocionales o sentimentales. Lo mejor es que las emociones se queden a un margen. Aunque normalmente nos vamos por el camino más fácil o cómodo, hay que pararse a pensar en una cosa: si esa persona es importante para mí ¿se merece discutir o decirle las cosas buenas sólo por WhatsApp? Lo idóneo en cualquier tipo de relación es tratar los problemas cara a cara y evitar discutir por WhatsApp.






Redes Sociales



Las redes sociales han tenido un gran éxito en la humanidad, especialmente en los jóvenes, quienes resultan enganchados a todas las posibilidades que éstas brindan.
Una red social se podría definir como una estructura en donde muchas personas mantienen diferentes tipos de relaciones amistosas, laborales o amorosas. Por lo tanto hoy en día este término se ajusta más a los diferentes sitios o páginas de internet que ofrecen registrarse a las personas y contactarse con infinidad de individuos con el fin de compartir contenidos, interactuar y crear comunidades sobre intereses similares, ya sean trabajo, lecturas, videojuegos, amistades, relaciones amorosas, y otros muchos más.
Con las redes sociales tenemos la posibilidad de interactuar con otras personas aunque no las conozcamos, el sistema es abierto y se va construyendo obviamente con lo que cada suscrito a la red aporta, cada nuevo miembro que ingresa transforma al grupo en otro nuevo, la red no es lo mismo si uno de sus miembros deja de ser parte. Las redes cuentan con una serie de herramientas tecnológicas muy sencillas de utilizar y permiten la creación de comunidades de personas en que se establece un intercambio dinámico y comunicativo. Esta es una de las cuantas claves del éxito y la fama de las redes sociales.
Las redes sociales han producido gran impacto como forma de comunicación, debido a que las ciencias tecnológicas, buscan siempre innovar e ir a la par de las exigencias del colectivo. La comunicación por medio de las redes sociales, es más amplia dado que la utilizan como un hobbie por ser muy sencilla creando un espacio convergente en el cual expresamos nuestros saberes, sentimientos, emociones, entre otros.
Las redes sociales de contactos de amigos, intentan potenciar la comunicación y mantener contacto entre usuarios. Este tipo de redes sociales está desplazando en gran medida la comunicación por telefonía fija ya que antes para organizar una fiesta o cena se tenían que estar llamando por teléfono y ahora gracias a este tipo de redes sociales se ahorra tiempo y dinero con tan solo meterse en Internet desde su propia casa o establecimiento cercano. Además debido a las redes sociales se ha disminuido la utilización de otros medios de comunicación como el uso del correo y los tradicionales SMS.

Las redes sociales han sido un fenómeno en estos últimos años, no sólo las utilizan personas para comunicarse de una forma instantánea, intercambiar ideas, reencontrarse con otras personas, compartir e intercambiar información en diferentes medios, sino también están siendo utilizadas por grandes corporaciones, organizaciones y compañías para promover sus productos y servicios, es una forma amplia de comunicación para las corporaciones y compañías ya que tienen un encuentro más cercano con sus consumidores o afiliados.

La posibilidad de conocer o de incluso dialogar con personas nuevas sin necesariamente haberlas conocido cara a cara, es una de las cosas más tentadoras y adictivas a las que el ser humano se ve atraído al registrarse en cualquier red social. Muchos de los usuarios de Facebook pueden estar mandando solicitudes de amistad a las personas a las que consideran atractivas, y tratar de hablar y ligar con ellas, cosas que probablemente en una charla normal no podrían hacer sin estar como un tomate, en algunos casos ni siquiera podrían pronunciar una palabra en frente de esa persona, debido a su gran timidez; las redes sociales son su escudo, el mejor mecanismo para poder decir todo lo que han callado anteriormente. Además, se necesita de un computador con acceso a Internet para poder entrar a cualquier red social, lo cual representa algo mucho más económico que estar hablando por teléfono todo el día.


WhatsApp




WhatsApp es una aplicación de mensajería gratis para enviar y recibir mensajes mediante internet, complementando servicios de correo electrónico, mensajería instantánea, servicio de mensajes cortos. Además de aprovechar la mensajería en modo texto, los usuarios pueden crear grupos y enviarse mutuamente, imágenes, videos y grabaciones de audio.

WhatsApp es un juego de palabras basado en la expresión en inglés «What’s up?», cuyo significado se asemeja a ‘¿qué hay?’, ‘¿qué pasa?’, o ‘¿cómo te va?’ y inglés «App / Application». La empresa creadora de la aplicación, WhatsApp Inc., fue fundada en 2009 por Jan Koum (quien había llegado desde Ucrania a Estados Unidos a principios de los años noventa hablando muy poco inglés), quien había sido anteriormente el director del equipo de operaciones de plataforma de Yahoo! y el antiguo jefe del equipo de ingenieros Brian Acton. La compañía tiene su sede en Silicon Valley.

El 19 de febrero de 2014, Mark Zuckerberg ―el creador de Facebook― anunció en su perfil personal la compra de la aplicación móvil Whatsapp por una suma de 19 000 millones de dólares y aclaró que compró la aplicación para que haya más usuarios en Facebook.